No necesitas más contenidos ni más formaciones sueltas.

Lo que suele faltar, cuando intentas sostener una práctica antirracista en el tiempo, no es información, sino una forma clara de ubicarte dentro de ese proceso y entender desde dónde estás aprendiendo, qué estás intentando sostener y por qué, a pesar de todo lo que ya sabes, a veces se vuelve difícil.

Este recurso no existe para enseñarte algo nuevo. 

Existe para ayudarte a situarte.

Este vídeo es un material de orientación.

No es un curso, ni una clase, ni un taller condensado. 

Tampoco es una antesala de nada ni una pieza pensada para llevarte a conclusiones rápidas.

Lo que hace es explicarte con claridad cómo entiendo el aprendizaje antirracista, qué tipo de procesos acompaño y desde qué lugar trabajo. Es una invitación a mirar con algo más de perspectiva la relación entre experiencia individual, lectura estructural y práctica sostenida, antes de decidir si este enfoque tiene sentido para ti o no.

Este vídeo puede tener sentido si llevas tiempo formándote, leyendo o cuestionándote cosas y, aun así, notas que sostener el proceso en el día a día no siempre es sencillo. Si te interesa una forma de aprender que no se base en acumular contenidos ni en sentirte constantemente validada, sino en revisar hábitos, marcos y formas de estar.

Puede que no sea para ti si lo que buscas es una respuesta rápida, una solución inmediata o un espacio donde confirmar que ya lo estás haciendo todo bien. Y está bien saberlo antes de entrar.

Este vídeo no es:

➜ un reto

➜ un ejercicio práctico

➜ una lista de acciones para aplicar hoy

➜ ni una promesa de transformación personal

No está pensado para “aprovecharlo”, ni para sacarle rendimiento, ni para consumirlo con prisa. Tampoco pretende ahorrarte la incomodidad ni simplificar un proceso que, por definición, no es cómodo.

Lo único que te pido es tiempo y atención.

Tiempo para verlo sin interrupciones y sin la presión de tener que formarte una opinión inmediata.

Atención para escuchar desde dónde se te está hablando y observar qué te mueve, qué te resuena o qué te incomoda, sin necesidad de cerrarlo todo en el momento.

No hay nada que decidir después de verlo. Solo dejar que lo que has visto y escuchado se asiente, sin exigirte conclusiones inmediatas.